lunes, 28 de febrero de 2011

Cine de Autor - Los Edukadores

COMUNICADO DE PRENSA
No. 137 / AGOSTO 9, 2010

“LOS EDUKADORES”, POÉTICOS ACTIVISTAS ANTICAPITALISTAS
  • RECORREN SITUACIONES QUE PRUEBAN SUS CONVICCIONES
  • ES IGUALMENTE POSIBLE AFERRARSE A UN IDEAL, COMO ABANDONARLO
COZUMEL, Q. ROO.- La Fundación de Parques y Museos de Cozumel, Quintana Roo (FPMCQROO), en coordinación con “Hazme Sentir Collective”, presentará “Los Edukadores” (2004), película alemana que pertenece al ciclo “Neuer Deutscher Film”, del Cine de Autor. La cinta se proyectará el próximo martes 10, en el auditorio “Lic. Pedro Joaquín Coldwell” del Museo de la Isla, a las 19:00 horas.

La entrada será libre.

“Los Edukadores” – en alemán “Die fetten Jahre sind vorbei” (“Los años de abundancia han pasado”) – fue escrita y dirigida por el austriaco Hans Weingartner, y protagonizada por Daniel Brühl. Estuvo nominada a la Palma de Oro, como “Mejor Película” de 2004, en el Festival de Cine de Cannes.

Jan (Daniel Brühl), Peter (Stipe Erceg) y Jule (Julia Jentsch) están en plena juventud rebelde. Les une la pasión, por cambiar el estado de las cosas. Jan canaliza su ira luchando contra las injustas políticas de los ricos. Comparte los mismos ideales con su compañero de piso, Peter.

Jule, la novia de Peter, acaba mudándose al mismo piso cuando no puede llegar a final de mes con su salario de camarera. Jule no sabe que Jan y Peter son “Los Edukadores”; los misteriosos autores de actos creativos y no violentos, con los que se dedican avisar a los miembros del club de yates de que “sus días de abundancia están contados”.

Peter decide tomar vacaciones en Barcelona, por lo que deja a su novia con Jan, quien revela a ésta las actividades a las que se dedican durante las noches; los jóvenes entran a las casas de personas millonarias, desordenan las cosas y dejan mensajes con los que pretenden causar terror psicológico a los millonarios, puesto que no roban nada.

Pero Jule, también tiene un secreto; tuvo un accidente de coche y fue condenada a pagar una suma mensual a Hardenberg, un rico hombre de negocios. Mientras Peter está de vacaciones, Jule y Jan aprovechan para entrar en la villa de Hardenberg (Burghart Klaussner) y “educarle”.

Entre otras cosas, les empuja el creciente sentimiento que les une. Cuando Jan y Jule regresan a la villa la siguiente noche para recoger el teléfono móvil que han olvidado, Hardenberg les sorprende. No les queda más remedio que llamar a Peter para que les ayude, aunque se arriesgan a que descubra su romance secreto.

El trío decide secuestrar al hombre de negocios y esconderse en la casa que un pariente tiene en las montañas. Estos jóvenes idealistas deberán enfrentarse a los valores de la generación en el poder.

El triángulo amoroso se retoma, pero no para abarcar la filosofía del amor libre y revolucionario, sino para mostrar las consecuencias de la traición y la violación de los códigos de amistad. Esta fluctuación, entre el caos de la ciudad y la serenidad de las montañas, le imprime un ritmo a la historia que alcanzará su máxima tensión sobre el final, donde se sugiere que es igualmente posible aferrarse a un ideal, como abandonarlo definitivamente.

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