martes, 14 de julio de 2009

Cine de Autor - Crónicas


COMUNICADO DE PRENSA
No. 124 / JULIO 13, 2009


LA FPMCQROO PRESENTA LA CINTA “CRÓNICAS”, CON JOHN LEGUIZAMO
  • DENTRO DEL CICLO “CINE CON Ñ” DEL CINE DE AUTOR
  • EXPONE LA DOBLE MORAL DEL AMARILLISMO TELEVISIVO

COZUMEL, Q. ROO.- Todos los martes, los amantes del séptimo arte se dan cita en el auditorio “Lic. Pedro Joaquín Coldwell” del Museo de la Isla, para disfrutar del Cine de Autor que la Fundación de Parques y Museos de Cozumel, Quintana Roo (FPMCQROO), en coordinación con “Hazme Sentir Collective”, presenta a partir de las 19:00 horas, con entrada libre.

El ciclo del mes en curso, titulado “Cine con Ñ”, realiza un recorrido por cuatro dignas representantes del Cine Iberoamericano, retratando diferentes culturas y cuyo elemento en común es el idioma. Mañana (martes), toca turno a “Crónicas” (2004), cinta ecuatoriana de Sebastián Cordero; coproducida, por los realizadores mexicanos Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Jorge Vergara (Y tu mamá también, 2001).

Ganó como “Mejor Película Iberoamericana”, en el Festival de Cine de Guadalajara (México), y como “Mejor Actuación Masculina”, en el Festival Internacional de Cine de Cartagena (Colombia).

Este segundo largometraje de Sebastián Cordero (su ópera prima es “Ratas, Ratones y Rateros”), se cataloga como película de suspenso, pero visto desde un panorama más crítico porque la cinta es un retrato crudo de una sociedad vulnerable por las carencias económicas; así como, filtrada e influenciada por la televisión amarillista; situación bastante común en Latinoamérica.

Con base en las historias verídicas de los asesinos y violadores de niños: Luis Alfredo Garavito (en Colombia), “El Monstruo de los Andes” y Daniel Camargo (en Ecuador), Sebastian Cordero creó para “Crónicas” a “El Monstruo de Babahoyo”, más como referencia argumental que como personaje central.

De hecho, la anécdota del filme tiene como protagonista a Manolo Bonilla (John Leguizamo) – reportero amarillista de un programa de habla hispana, en Miami – y Vinicio Cepeda (Damián Alcázar) – un vendedor de Biblias acusado del homicidio de un niño y con la ciudad a punto de lincharlo –, cuya relación de mutua necesidad-complicidad es la base de la trama cinematográfica.

Manolo ve una posibilidad de nota con el linchamiento de Vinicio. La muerte del niño ha sido accidental, pero eso a la turba no le interesa. Sólo la ayuda de Manolo salva a Vinicio de morir a manos de la muchedumbre, pero el auxilio es más por ególatra ejercicio del “periodismo” que por humanidad, la cual ha perdido “orgullosamente” a nombre de los ratings.

Una vez cubierta la noticia y el salvamento, la labor del reportero con Vinicio debería haber terminado, pero al ser encarcelado por homicidio involuntario el vendedor ambulante se aferra al reportero como su única esperanza de hacer saber su verdad; es por ello, que ofrece a Manolo información sobre “El Monstruo de Babahoyo” a cambio de que se emita un reportaje sobre su penosa situación.

El encarcelamiento injusto de Vinicio no es la noticia que interesa a Manolo, pero acepta el trato atraído por el lado oscuro que intuye en el detenido y pronto empieza a saltarse las reglas, decidido a ser el héroe que, sin ayuda de nadie, detenga al asesino serial.

“Crónicas” enfatiza la doble moral del amarillismo televisivo, el morbo del género y la irresponsabilidad de quienes lo practican, comparando a este monstruo social con el asesino serial que, en este caso, da pie al corrupto trabajo del reportero que busca explotar las acciones de aquel.

Con sobresalientes actuaciones, una dirección precisa en cuanto al lenguaje cinematográfico y la fotografía como personaje implícito, resulta una película difícil de dejar pasar.

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