COMUNICADO DE PRENSA
No. 106 / JUNIO 19, 2010
“DOGVILLE” PELÍCULA ALEGÓRICA DE LA SOCIEDAD
- EXPONE LA TENDENCIA HUMANA DE UTILIZAR EL PODER
- VELADA CRÍTICA AL DISCURSO DE QUE EL HUMILDE NO ES VIL
COZUMEL, Q. ROO.- La Fundación de Parques y Museos de Cozumel, Quintana Roo (FPMCQROO), en coordinación con “Hazme Sentir Collective”, presentará “Dogville”, penúltima película del ciclo “Director’s Cut Vol. VI: Von Trier: El Rompimiento del Dogma”, del Cine de Autor, dedicado al controversial director.
La cita es el próximo martes 22, en el auditorio “Lic. Pedro Joaquín Coldwell” del Museo de la Isla, a las 19:00 horas. La entrada será libre.
“Dogville” es una cinta del año 2003, dirigida por Lars von Trier y protagonizada por Nicole Kidman. Es la primera película de la trilogía “Estados Unidos: Tierra de Oportunidades”, seguida por “Manderlay” (2005) y “Washington” (2009).
La película, cuenta la historia de un pueblo llamado Dogville – en el interior de los Estados Unidos – durante los años de la depresión. Allí llega Grace (Nicole Kidman), quien huye de unos gángsters. Tom Edison (Paul Bettany) encuentra esa noche a Grace, y le propone que se esconda en el pueblo. Renuentes en un principio, los pocos habitantes de Dogville irán transformando su actitud hacia la recién llegada, conforme avanzan en el ejercicio del poder.
En la historia, se representa magistralmente la esencia de la condición humana en cada uno de sus intérpretes. Todos comparten esa tendencia, parte intrínseca de la historia y del ser humano, en el sentido de utilizar vilmente su poder sobre los demás.
Al final de la película aparece una secuencia fotográfica de personajes depauperados de la época de la Gran Depresión; las fotografías en cuestión, han circulado desde hace muchos años, generando compasión y solidaridad con los desposeídos. Sin embargo, “Dogville” hace referencia directa a tales desposeídos y de lo que son capaces de hacer en caso de tener la oportunidad: volverse déspotas, opresivos y crueles como el que más.
Con ello, la película enmienda la plana al discurso idealista de que los humildes son bondadosos y que la maldad es algo privativo de los grupos privilegiados.
La película aniquila, pues, el discurso inocente de que el pobre o el miserable es, en principio, bondadoso o solidario. Es una alegoría sobre la sociedad y, en mayor medida, de los estados y gobiernos.
La cita es el próximo martes 22, en el auditorio “Lic. Pedro Joaquín Coldwell” del Museo de la Isla, a las 19:00 horas. La entrada será libre.
“Dogville” es una cinta del año 2003, dirigida por Lars von Trier y protagonizada por Nicole Kidman. Es la primera película de la trilogía “Estados Unidos: Tierra de Oportunidades”, seguida por “Manderlay” (2005) y “Washington” (2009).
La película, cuenta la historia de un pueblo llamado Dogville – en el interior de los Estados Unidos – durante los años de la depresión. Allí llega Grace (Nicole Kidman), quien huye de unos gángsters. Tom Edison (Paul Bettany) encuentra esa noche a Grace, y le propone que se esconda en el pueblo. Renuentes en un principio, los pocos habitantes de Dogville irán transformando su actitud hacia la recién llegada, conforme avanzan en el ejercicio del poder.
En la historia, se representa magistralmente la esencia de la condición humana en cada uno de sus intérpretes. Todos comparten esa tendencia, parte intrínseca de la historia y del ser humano, en el sentido de utilizar vilmente su poder sobre los demás.
Al final de la película aparece una secuencia fotográfica de personajes depauperados de la época de la Gran Depresión; las fotografías en cuestión, han circulado desde hace muchos años, generando compasión y solidaridad con los desposeídos. Sin embargo, “Dogville” hace referencia directa a tales desposeídos y de lo que son capaces de hacer en caso de tener la oportunidad: volverse déspotas, opresivos y crueles como el que más.
Con ello, la película enmienda la plana al discurso idealista de que los humildes son bondadosos y que la maldad es algo privativo de los grupos privilegiados.
La película aniquila, pues, el discurso inocente de que el pobre o el miserable es, en principio, bondadoso o solidario. Es una alegoría sobre la sociedad y, en mayor medida, de los estados y gobiernos.
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