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COMUNICADO DE PRENSA
No. 64 / ABRIL 12, 2010
EL CINE DE AUTOR PRESENTARÁ LA CINTA “INFERNAL AFFAIRS”
- EXPECTANTE PELÍCULA HONGKONESA DIRIGIDA POR ANDREW LAU
- FORMA PARTE DEL CICLO “MAFIA: LA OTRA FAMILIA”
COZUMEL, Q. ROO.- La Fundación de Parques y Museos de Cozumel, Quintana Roo (FPMCQROO), en su vigésimo tercer aniversario, en coordinación con “Hazme Sentir Collective”, presentará la película “Infernal Affairs” como parte del Cine de Autor, correspondiente al ciclo “Mafia: La Otra Familia”, en el auditorio “Lic. Pedro Joaquín Coldwell” del Museo de la Isla, el próximo martes 13, a las 19:00 horas. La entrada será libre.
“Infernal Affairs” es un thriller policíaco hongkonés de 2002, co-dirigido por Andrew Lau y Alan Mak. El argumento trata de Chan Wing Yan, quien es un agente de policía que lleva 10 años, infiltrado en una peligrosa tríada hongkonesa para obtener información que conduzca a la detención de Sam, un importante capo de la mafia.
En su labor, sólo cuenta con la ayuda del superintendente Wong, el único que conoce su verdadera identidad como agente encubierto. Simultáneamente, Lau Kin Ming es un topo en el departamento de policía que trabaja para Sam y le proporciona información sobre las operaciones de la policía que podrían perjudicarle. Su carrera dentro del destacamento militar ha sido ejemplar y resalta entre sus compañeros.
Tras una operación especial, contra el tráfico de drogas, en el que estaban involucrados Sam y un grupo de traficantes tailandés, el mafioso sospecha de la existencia de un topo en su organización y encarga a Yan localizarlo. El mismo cometido recibe Ming de sus superiores. Comienza entonces una carrera para desenmascararse y en la que sólo quedará uno.
“Infernal Affairs” se estrenó en un momento de crisis dentro de la industria cinematográfica hongkonesa, cuyo volumen de producción había descendido de los 100 a los 80 títulos, en tan sólo un año.
En ese contexto, Andrew Lau, y Alan Mak perpetraron un plan perfecto: una película con la mirada puesta en el mercado que se olvidaba de la pirotécnica tradición local para abrazar la inspiración de títulos como Seven (1995), de David Fincher.
“Infernal Affairs” no es tanto una película de autor, como una precisa operación de marketing que no subestima la inteligencia del espectador. Los temas de la identidad, el simulacro y la ambigüedad moral de la historia conectaron con la sensibilidad de un país abocado a un futuro político cargado de ansiedades e incógnitas.
“Infernal Affairs” es un thriller policíaco hongkonés de 2002, co-dirigido por Andrew Lau y Alan Mak. El argumento trata de Chan Wing Yan, quien es un agente de policía que lleva 10 años, infiltrado en una peligrosa tríada hongkonesa para obtener información que conduzca a la detención de Sam, un importante capo de la mafia.
En su labor, sólo cuenta con la ayuda del superintendente Wong, el único que conoce su verdadera identidad como agente encubierto. Simultáneamente, Lau Kin Ming es un topo en el departamento de policía que trabaja para Sam y le proporciona información sobre las operaciones de la policía que podrían perjudicarle. Su carrera dentro del destacamento militar ha sido ejemplar y resalta entre sus compañeros.
Tras una operación especial, contra el tráfico de drogas, en el que estaban involucrados Sam y un grupo de traficantes tailandés, el mafioso sospecha de la existencia de un topo en su organización y encarga a Yan localizarlo. El mismo cometido recibe Ming de sus superiores. Comienza entonces una carrera para desenmascararse y en la que sólo quedará uno.
“Infernal Affairs” se estrenó en un momento de crisis dentro de la industria cinematográfica hongkonesa, cuyo volumen de producción había descendido de los 100 a los 80 títulos, en tan sólo un año.
En ese contexto, Andrew Lau, y Alan Mak perpetraron un plan perfecto: una película con la mirada puesta en el mercado que se olvidaba de la pirotécnica tradición local para abrazar la inspiración de títulos como Seven (1995), de David Fincher.
“Infernal Affairs” no es tanto una película de autor, como una precisa operación de marketing que no subestima la inteligencia del espectador. Los temas de la identidad, el simulacro y la ambigüedad moral de la historia conectaron con la sensibilidad de un país abocado a un futuro político cargado de ansiedades e incógnitas.
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