No. 68 / ABRIL 19, 2010
SE PRESENTÓ LA OBRA “NUESTRA SEÑORA DE LAS NUBES”
- LOS ACTORES “ATRAPARON” AL PÚBLICO ASISTENTE
- LA DIRECCIÓN ESTUVO A CARGO DE NELSON CEPEDA BORBA
COZUMEL, Q. ROO.- “Nuestra Señora de las Nubes” es la puesta en escena que se presentó en el auditorio “Lic. Pedro Joaquín Coldwell” del Museo de la Isla, el sábado 17 pasado a partir de las 20:00 horas. Dirigida por Nelson Cepeda Borba e interpretada por Alejandra Argoytia y Miguel Ángel Canto. El público asistente fue invitado por la Fundación de Parques y Museos de Cozumel, Quintana Roo (FPMCQROO), en el marco de los festejos de su vigésimo tercer aniversario.
La obra del argentino – exiliado en Ecuador – Arístides Vargas, presentó distintas imágenes del exilio, desde el encuentro de dos personajes que se reencuentran a cada momento (“su cara se me hace conocida, la he visto en algún lado, en otro tiempo”) y se identifican como habitantes desterrados de un mismo país imaginario.
En su momento, el autor dijo que el título viene de una ocasión en que, recorriendo la parte andina del Ecuador, llegó a un pueblo abandonado; todos los habitantes habían emigrado. El pueblo se llamaba “Nuestra Señora de las Nubes” y pensó que cuando hiciera una obra e intentara reconstruir la memoria de un pueblo, se llamaría así.
En esta puesta en escena, el director Nelson Cepeda intenta traspolar su propia experiencia, de lo vivido como uruguayo radicado en Yucatán y las tantas maneras de exiliarse que, a diario, percibe en la calle: los exiliados de lengua, de apellido, de raza, de religión, de su situación socioeconómica, de las personas que tienen un despertar de conciencia y que por lo mismo, se autoexilian, al no pensar más como los demás.
Además, destacó que esta obra “es el resultado de una búsqueda de poder expresarse políticamente, a través de otras palabras”. La elección del guión, se dio por Raquel Diana, (dramaturga y actriz de “Los Ojos Abiertos de Ella”, anterior puesta en escena de Nelson Cepeda) y Vivian Martínez Tabares (crítica e investigadora teatral, editora y profesora), quienes le proponen al director uruguayo montarla con una perspectiva más actualizada.
Basados por los casi poéticos textos de Vargas que manejan el olvido, los personajes pueden ser ellos mismos; sólo son lo que le cuentan al otro, lo que recuerdan. Pero dejan entrever que pertenecer a un lugar es también pertenecerle a otro. “Las patrias, son las patrias afectivas. Allí donde tengas tus afectos, será tu patria”, ha señalado Arístides Vargas en su momento.
Mientras van sacando de dos baúles anteojos, sombreros, corbatas, bolsas…, los actores Alejandra Argoytia y Miguel Canto presentan a sus personajes; habitantes, todos de ese mismo lugar. Con expresiones faciales, con su cuerpo, los actores plantean situaciones y cuestionamientos. Al final, todos los elementos sacados de los baúles, entran a un pequeño cofre. Una nueva memoria compartida, hecha de las historias contadas entre esas personas, cuyas caras les parecen conocidas.
El auditorio “Lic. Pedro Joaquín Coldwell” del Museo de la Isla se mantuvo en absoluto silencio y expectación, cuando Alejandra Argoytia se transformó en una abuela sabia que con el rostro iluminado le susurra a Memé, que “es a través de la libertad como se puede caminar por cualquier país del mundo”.
Por su parte, Miguel Canto corresponde con esa ingenua alegría de quien confía y cree.
Nelson Cepeda en la dirección, Alejandra Argoytia y Miguel Ángel Canto en la actuación, apoyados por Gabriel Orozco y Nahim Alcocer en la iluminación y detalles técnicos. Tuvieron como invitado en el rubro musical a Juan Luis Enríquez, quien adaptó algunas composiciones propias para la presentación. “Sustituí una por otra música mucho más sutil, pero que se adapta al tono de la obra”, explica el músico invitado.
Todo el equipo coincide en que es con la comunicación y la aceptación, como se consiguen mejores resultados y que “la confianza en el compañero es fundamental, sobre todo, ya en escena”, agregó Alejandra Argoytia, quien agradeció también la capacidad de escucha y apertura del director. Coincide Miguel Canto, quien manifestó que “el trabajo de relacionarse, de integrarse en la escena, permite que podamos ser el canal por que pasan libremente los personajes. Tener presente de dejar que cada personaje, sea”.
El equipo artístico señaló que lo más importante de un proceso de creación es poder sintonizarte con tus compañeros. Establecer una sintonía y sincronía no es fácil, pero con los elementos anteriores es posible; sin omitir, que una puesta en escena es también una danza. Cabe señalar, que incluso las personas que trabajan tanto en la parte técnica como musical, tienen formación actoral, situación que se refleja manejando las partes de un todo como un proceso de creación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario